Se estima que la mitad de los hombres, con la edad, padecerán hiperplasia benigna de próstata y de ellos una tercera parte necesitará operarse, explica el responsable de Urología del Hospitales San Roque, Pablo Juárez Delgado. Pero ¿cuál es la mejor técnica para dar solución al crecimiento de la próstata?
“La próstata es una glándula que tenemos los hombres detrás de la vejiga y rodea la uretra. Su función es acondicionar el semen. A partir de los 20 o 30 años puede empezar a crecer y generar hiperplasia benigna de próstata”, señala el doctor Juárez Del Dago. Este crecimiento genera una serie de síntomas y molestias urinarias como puede ser “levantarse por la noche a orinar de forma frecuente, cada hora o cada dos horas. La sensación de que no se ha vaciado por completo o de que cuesta vaciar la vejiga de la orina, o sentir una necesidad urgente de orinar”, explica el experto.
Pero también se pueden dar complicaciones más serias como “el no poder orinar en absoluto, infecciones de orina, sangrado, piedras en la vejiga o pérdida de la función renal”, añade el especialista. De ahí que sea importante acudir cuanto antes a una consulta médica. “Hay hombres que se dejan estar, soportan los primeros síntomas sin acudir al urólogo porque son reacios, pero es necesario para evitar posibles complicaciones”, insiste.
Para diagnosticar una hiperplasia benigna de próstata el urólogo debe hacer una entrevista con el paciente para elaborar una historia clínica detallada y recabar la sintomatología que actualmente padece. El diagnóstico requiere, asimismo, un tacto rectal para descartar un cáncer de próstata. Aun así, “tener hiperplasia no significa tener mayores posibilidades de cáncer”, apunta el doctor Juárez Delgado.
El examen también puede incluir “una ecografía para ver el estado de la próstata y de los riñones y una flujometría, que es una prueba que determina la fuerza del chorro urinario”, añade.
El tratamiento comienza por cambiar algunos hábitos de la vida cotidiana, explica el urólogo, especialmente dietéticos. “El segundo escalón es probar con fármacos. Existen diferentes tipos de medicación y, en muchas ocasiones son suficientes para controlar la enfermedad. Pero si no es suficiente se le ofrece al paciente la posibilidad de cirugía”.
Hay varias posibles cirugías y la técnica que se elija depende del tamaño de la próstata y de las características particulares de cada paciente, explica el doctor Juárez del Dago. Clásicamente podíamos optar por la resección transuretral de próstata (RTUp) o, para las de mayor tamaño, por la prostatectomía abierta, en la que hay que abrir el abdomen. Pero actualmente, gracias a las técnicas láser, podemos operar todas las hiperplasias con la ventaja de que los resultados son mejores. Una prostatectomía abierta requiere que el paciente esté ingresado varios días y la necesidad de llevar una semana un catéter para drenar la orina (sonda vesical). Además, en muchas ocasiones hay que realizar una transfusión de sangre y debemos abrir el abdomen y la vejiga del paciente. Con la cirugía láser que aplicamos en Hospitales San Roque conseguimos que la cirugía sea a través de la uretra, con lo cual no hay que abrir al paciente ni queda cicatriz. Por la uretra extraemos el adenoma en pequeños fragmentos y el paciente se va a casa al día siguiente, con lo que se evitan las infecciones hospitalarias, y no hay que poner sonda en la vejiga, con lo que su calidad de vida es mucho mejor. Tampoco requiere transfusión. Y como no hay que abrir, también podemos operar a pacientes mayores que toman medicación anticoagulante o padecen patologías cardíacas”, afirma el urólogo.
En Hospitales San Roque, explica el doctor Juárez, “disponemos de diferentes tipos de láser, como pueden ser el láser verde (Green Light XPS), el láser de holmio (HOLLEP) o el tulio, pues somos un centro de referencia de láser. Sabemos trabajar con todos. Un láser es un tipo de bisturí que corta con la luz y valoramos cada caso para decidir cuál es el apropiado para cada paciente pues tienen diferentes características”. No es que un tipo de láser sea mejor que otro, recuerda el experto, la diferencia está en qué es más conveniente para tratar la hiperplasia de cada paciente, insiste el doctor Juárez del Dago, quien forma parte de un grupo con una experiencia de más de quince años en cirugía laser y han realizado de forma exitosa más de 700 intervenciones con esta técnica en Canarias.
Otra de las importantes ventajas de este tipo de tratamientos, comenta el doctor Juárez, es que “con la cirugía láser no se afecta a la función sexual, con lo que el paciente seguirá experimentando erecciones con normalidad al tiempo que la recuperación, por ser una técnica poco invasiva, es muy rápida”.
También es destacable, añade el especialista, el hecho de que “con la cirugía láser, al ser más profunda la enucleación, el adenoma no vuelve a crecer, lo que elimina la posibilidad de una segunda intervención, riesgo que sí se corre con el tratamiento tradicional con el que entre un 10 y un 20% de los pacientes debe volver a operarse”.